Si bien antes se asociaba la imagen de una persona mayor con la de un desdentado, hoy en día son las prótesis dentales la característica más común entre la tercera edad. Sin embargo, es importante señalar que siguiendo una buena salud bucal a lo largo de toda nuestra vida, las consecuencias del envejecimiento podrían ser el oscurecimiento y el desgaste de los dientes.

El sistema estomatogmático:

Nuestra boca, está formada por los dientes, los tejidos periodontales, la mucosa oral, las glándulas salivales, el sistema neuromuscular, los maxilares y la articulación temporo-mandibular. Los cambios que se producen en estas estructuras muchas veces son adaptativos, debidos al envejecimiento del organismo, y no tienen por qué ser patológicos.

Con los años nuestros tejidos dentales sufren transformaciones debido al envejecimiento a diferentes niveles:

– El esmalte presenta una apariencia opaca, dando como resultado un diente más amarillo y menos transparente con presencia de grietas y fisuras, etc.
– El cemento aumenta de grosor, a veces hasta triplicarse en personas muy mayores.
– En la dentina se producen cambios como disminución de la sensibilidad dental.
– El volumen pulpar decrece, con el paso de los años se vuelve más vulnerable y menos sensible a los estímulos externos.

Si no es por la presencia de una caries, la destrucción de dientes puede deberse a la atricción (pérdida de sustancia dental debido al contacto del diente con otro diente); la abrasión (desgaste dental patológico causado por la fricción de un cuerpo externo, como un cepillado abrasivo); la erosión (pérdida de tejido dental duro causada por un proceso químico); y la abfracción (fenómeno que se produce en el límite vestibular amelocementario de dientes posteriores).
En cuanto al tejido periodontal, no hay evidencias científicas de que con la edad se produzcan cambios, siempre y cuando se realice un control de la placa bacteriana (biofilm oral).

La edad no influye en:

Si bien nuestra función masticatoria se ve muy afectada por la pérdida de dientes, así como por el hecho de llevar una prótesis completa, es difícil demostrar que la edad influya en la función masticatoria.

En cuanto a la mucosa, los cambios serán similares a los que se producen en la piel: pérdida de elasticidad y una disminución del espesor de los tejidos, pero es difícil saber si es por el envejecimiento o por deficiencias nutricionales o tratamientos farmacológicos. Si la persona lleva prótesis, las consecuencias en la mucosa pueden ser irritación, acumulación de placa y reacciones alérgicas.

Tampoco hay evidencia de que con los años disminuya la cantidad de papilas gustativas, ni hay evidencia que la sensibilidad gustativa decrezca por el paso de los años.
Si bien entre la gente mayor encontramos una alta incidencia de xerostomía (boca seca), esta se debe en un 99% a patologías sistémicas y a la medicación. Los trabajos publicados parecen dejar claro que la cantidad de saliva producida por las glándulas salivales mayores permanece igual con los años. Además, la xerostomía, a su vez, propicia la aparición de caries y enfermedad periodontal.
Para una adaptación al envejecimiento bucodental, se debe mantener una correcta higiene oral, visitas periódicas al odontólogo y estilos de vida correctos.

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