El implante está compuesto por la fijación implantológica, -que es la parte que queda bajo la encía-, el pilar transepitelial, -la parte que sobresale de la encía-, y la corona o prótesis que recubre el pilar y es lo que finalmente queda a la vista.

Antes de colocarte un implante…

Pide que te expliquen claramente el tratamiento, los pasos y el presupuesto: Los expertos desaconsejan realizar ningún tipo de blanqueamiento si no existe un diagnóstico previo en cuanto a etiología, estado general y bucal del paciente, con una valoración apropiada por parte de un odontólogo sobre las posibles indicaciones o contraindicaciones.
Exige que sea un profesional acreditado el que manipule personalmente las prótesis dentales en tu boca: Aunque hay otros profesionales implicados en tu tratamiento, y es importante que exista una buena compenetración entre el dentista y el técnico en prótesis.

Desconfía de tratamientos muy baratos porque pueden esconder mala calidad o incluso un riesgo para la salud: El material utilizado en el tratamiento con implantes es de avanzada tecnología, puesto que debe integrarse con el resto de los tejidos de la boca, y tiene un coste elevado. Los precios excesivamente bajos pueden implicar que no se está utilizando material adecuado.

No creas en los tratamientos garantizados de por vida, ni tus propios dientes cuentan con esa garantía: Los implantes osteointegrados realizados con un material adecuado y por un dentista cualificado tienen un alto grado de fiabilidad. De hecho a los 15 años más del 90% de los implantes colocados en el maxilar superior y en la mandíbula sigue funcionando. Sin embargo no es posible garantizar un tratamiento para siempre como prometen algunas ofertas.

Presta especial atención a tu higiene bucal: Una correcta higiene dental es uno de los factores determinantes para el éxito del implante.

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